El deporte se ha convertido en los últimos años en una de las construcciones sociales más dinámicas de la sociedad. Lo absorbe casi todo, está claro que tiene aspectos positivos para aquellos que les apasiona hacer deporte, pero también tiene repercusiones negativas para quienes no les gusta.
El deporte es una herramienta social. Como cualquier instrumento social, puede tener muchos usos y muchos objetivos, pero no todos los usos que se hacen de él tienen unos objetivos pedagógicos.
Sí que es cierto, que el deporte y el uso que hacemos de él no siempre son los deseados, no siempre educan. Para que el deporte eduque, es necesario una serie de condiciones, si no se podría convertir en herramientas de discriminación, violencia, marginación a los mas débiles…
No podemos obligar a nadie que practique cualquier deporte. Lo que sí debemos buscar otras herramientas y contextos donde poder trabajar los valores y al mismo tiempo compaginarlo con la herramienta del deporte.
Para que el deporte se convierta en una herramienta de formación en valores, debemos tener en cuenta no solamente el tipo de deporte que usaremos, sino con qué finalidad, hacia quien lo dirigimos y las circunstancias que les rodean.
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